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El uso generalizado de IA para hacer trampas entre estudiantes universitarios

Un estudiante de la Universidad de Columbia admite haber utilizado inteligencia artificial generativa para hacer trampas en casi todas sus tareas, destacando el creciente problema del uso indebido de IA en la educación superior

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Chungin “Roy” Lee, estudiante de informática en la Universidad de Columbia, confesó haber utilizado inteligencia artificial generativa para hacer trampas en prácticamente todas sus tareas desde que ingresó al campus este otoño. Según Lee, en sus clases introductorias de programación dependía de herramientas como ChatGPT: “Simplemente ingresaba el enunciado en ChatGPT y entregaba lo que producía”. Calcula que el 80% de cada ensayo que presentó fue escrito por IA. “Al final, le ponía los toques finales, añadiendo un 20% de mi humanidad, mi voz”, relató recientemente.

Nacido en Corea del Sur y criado en las afueras de Atlanta, donde sus padres dirigen un negocio de consultoría para preparación universitaria, Lee tuvo un camino accidentado hacia la educación superior. Fue aceptado tempranamente en Harvard durante su último año de secundaria, pero la oferta fue revocada tras ser suspendido por salir sin permiso durante un viaje escolar nocturno. Al año siguiente, solicitó ingreso a 26 universidades, pero no fue admitido en ninguna. Pasó un año en un colegio comunitario antes de transferirse a Columbia. Su ensayo personal, que transformó su complicado trayecto educativo en una parábola sobre su ambición de fundar empresas, fue escrito con la ayuda de ChatGPT.

Al comenzar como estudiante de segundo año en Columbia en septiembre pasado, Lee mostró poco interés por sus estudios o su promedio académico. “La mayoría de las tareas universitarias no son relevantes”, afirmó. “Son hackeables por IA, y simplemente no me interesaba hacerlas”. Mientras otros estudiantes se preocupaban por el riguroso plan de estudios básico de la universidad, descrito como “intelectualmente expansivo” y “transformador a nivel personal”, Lee utilizó IA para aprobar con el mínimo esfuerzo. Cuando se le preguntó por qué se esforzó tanto para ingresar a una universidad de la Ivy League solo para delegar el aprendizaje a un robot, respondió: “Es el mejor lugar para conocer a tu cofundador y a tu esposa”.

Este caso pone de manifiesto los desafíos que plantea la proliferación de la IA en la educación, evidenciando cómo su uso indebido puede socavar la integridad académica.